Marzo 29, 2024

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En las ponencias se presentan nuevos usos para los excedentes de Posidonia como el uso en edificios públicos o soluciones viables para regeneración o vertederos

La Demarcación de Eivissa y Formentera del Colegio Oficial de Arquitectos de Illes Balears ha acogido este fin de semana la I Jornada Posidònía Futur, que ha reunido a expertos de distintos ámbitos para compatir sus experiencias en materia de preservación y gestión; usos actuales, innovación y nuevos proyectos. Organizada por el Ajuntament d’Eivissa, en el marco del programa ‘Viu la Posidònia’, la jornada ha contado con la intervención del conseller de Mobilitat i Habitatge del Govern de les Illes Balears, Josep Marí Ribas, y del concejal de Patrimonio del Ajuntament, Pep Tur. Entre los participantes, además de la técnica de Medio Ambiente, Aurora Morero, arquitectos como Carmen Navas-Parejo (presidenta de la Demarcación de Ibiza y Formentera del Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares), Carles Oliver (IBAVI), Salvador Roig y Álvaro Martínez. Por parte de la Universidad de Illes Balears, Cristian Carmona, ha explicado estudios y ensayos sobre posidonia como material de construcción y, desde la Universidad de Alicante, Juana Jordà y Antonio Pastor-López, han presentado el proyecto CICIT sobre el uso de la posidonia para el sellado y restauración de vertederos de inertes.

El programa de la jornada técnica también ha contado con Jorge Moreno, técnico de Protección de Especies, en representación de la Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad del Govern de les Illes Balears; con Marcos Tur Witt, diseñador en permacultura o Balma Albalat Oliver, oceanógrafa y técnica del área marina del GEN GOB.
El concejal de Patrimonio del Ajuntament, Pep Tur, ha agradecido al Colegio de Arquitectos la cesión de la Sala Broner para la jornada y ha dado la bienvenida a los participantes explicando que “esta jornada se enmarca dentro del programa Viu la Posidònia, impulsado por el Ajuntament d’Eivissa, para poner el valor, difundir y dar a conocer todo lo que rodea a esta maravillosa planta marina que tenemos en nuestras costas. Se trata de un programa que, después de años de trabajo, ha recibido distintos reconocimientos, como el premio internacional Alimara de turismo sostenible, y que poco a poco, ha ido más allá de las fronteras de nuestra propia isla y ya se está trabajando en programas de conservación de estas praderas con las ciudades de Denia y Cambrils”.
El concejal ha recordado que “la pradera de Posidonia oceánica forma parte también de la declaración de patrimonio mundial. Creo que es importante, en este sentido, no solamente conocer el espacio natural en sí, sino también todos los usos y todas las ventajas que han pasado a formar parte de la cultura y de la cotidianidad de la isla a través de la historia. Los usos de la Posidonia han sido muy variados, también se han ido descubriendo otros nuevos, y esta jornada sirve para profundizar en todos esos aspectos y crear nuevas sinergias con el Govern, la Universidad de Illes Balearares, la Universidad de Alicante, GEN-GOB, el Colegio de Arquitectos y todas las entidades, organismos y personas que a partir de hoy forman parte de esta red de trabajo”.
El conseller de Mobilitat i Habitatge del Govern de les Illes Balears, Josep Marí Ribas ‘Agustínet’, subrayó que “es importantísimo que las praderas de Posidonia sean Patrimonio de la Humanidad desde 1999 y también que se desarrollen estas jornadas con el objetivo de no perder y profundizar en los valores y en la importancia que tiene esta planta, más aún en un momento de cambio climático innegable”.


A continuación ha recordado que, “ya en 2018 se hizo el Decreto de Posidonia en Illes Balears y en 2019 la Ley de Cambio Climático, una ley novedosa, atrevida y valiente, que ha sido copiada en muchos aspectos por las leyes estatales y se ha hecho aquí en Baleares porque cada ves somos más conscientes de los valores que tenemos y de la importancia de protegerlos”.
Además, en el contexto de la jornada, ha anunciado que “en lo que respecta a Ports de Balears y a la gestión de campos de boyas, se han establecido zonas restringidas y habrá que aumentarlas, en aplicación del Decreto Posidonia. Estos fondeos incontrolados han hecho mucho mal. Tendremos que hacer una ampliación de campos de boyas, lo que significa que habrá que pasar de los 8 que tenemos actualmente a 5 más, dos de ellos a Eivissa, para intentar eliminar los que incontrolados”.
Por último, y desde su responsabilidad en el IBAVI, ha destacado que “también tuvimos la suerte de que el proyecto Life Reusing Posidonia fue premiado por la Unión Europea y eso ha supuesto un revulsivo. Hoy tenemos 10 proyectos con esta utilización de la Posidonia como aislante y creo que desde las instituciones públicas y desde donde gestionamos lo que es de todos, es importante destacar que estas viviendas públicas no son de baja calidad, sino todo lo contrario. Nos hemos preocupado en ser un referente en materia de aislamiento con Posidonia y en la utilización de elementos naturales de kilómetro cero que puedan servir como referente, también en la lucha contra el cambio climático”.


Por su parte, Carles Oliver, arquitecto del IBAVI, ha señalado en sus conclusiones que “cuando se protege la Posidonia, no se están protegiendo las hojas muertas, sino que se está protegiendo todo el ecosistema dunar. A partir de ahí sí que existe un excedente de esa Posidonia. Por suerte en Baleares aún tenemos un excedente en las playas que nos permite recolectar un cierto volumen de material. Esta recolección, si se hace de manera respetuosa, ejemplifica el tipo de relación que deberíamos establecer con los recursos para dar respuesta al problema que tenemos ahora mismo de sobre explotación del planeta. Por tango, la gestión de la Posidonia es fundamental en este nuevo modelo de relación”.
Aurora Moreno, técnica de Medio Ambiente de la concejalía de Medio Ambiente, Urbanismo y Transición Energética del Ajuntament d’Eivissa, tras explicar las actuaciones de su departamento en esta materia, ha destacado que “esta jornada ha sido muy interesante para plantearnos nuevas posibilidades sobre qué podemos hacer con el excedente municipal de Posidonia. Nuestro objetivo es retornar todo el material que retiramos, pero hoy se han planteado nuevos usos medioambientales y sostenibles, en los que distintas administraciones podemos compartir experiencias”.

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Álvaro Martínez Gil, arquitecto técnico y experto en certificaciones de sostenibilidad en la edificación, ha concluido que “la Posidonia es un material apto, incluso óptimo, para los sellos de eficiencia energética en la edificación”.
Bajo el título “Estudios y ensayos sobre Posidonia como material de construcción”, Cristian Carmona, profesor y miembro del grupo de investigación “Construcciones arquitectónicas e ingeniería de la edificación” de la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha afirmado que "la posidonia oceánica es una solución tradicional constructiva ideal para su utilización como aislamiento térmico. El estudio de diferentes materiales naturales y sus usos tradicionales debe imponerse como un factor determinante en la reducción de emisiones de CO2 asociadas a la construcción”.
Carmen Navas-Parejo, presidenta de la Demarcación de Ibiza y Formentera del Colegio Oficial de Arquitectos de las Islas Baleares, ha puesto de manifiesto que “parece que hay una tendencia de vuelta a los orígenes en la forma de construir para reducir el actual nivel de emisiones. Desde el colegio necesitamos que se sigan haciendo estos ensayos, estudios y pruebas y que, si se fomenta el uso de materiales naturales tradicionales y sostenibles, podamos tener la información técnica sobre ellos para poder desarrollar nuestros proyectos como exige la normativa. Me ha encantado escuchar a Cristian Carmona, de la UIB, que ha explicado que se están desarrollando estos estudios y precisamente es una de las peticiones que nos hacían nuestros colegiados cuando desde algún ayuntamiento les exigían el uso de según qué material a la hora de rehabilitar y construir, por lo que nos parece una idea estupenda y estamos a la espera de que se publiquen todos estos datos en algún documento, tanto sobre la Posidonia como de otros materiales tradicionales”.


La Universidad de Alicante también ha tenido representación en la jornada. El doctor Antonio Pastor-López ha puesto de manifiesto que “entre las conclusiones creemos que es importante instar a las administraciones de ámbito local y Mediterráneo a investigar y estudiar si hay nuevas posibilidades de regeneración en escenarios concretos. El material de Posidonia que ya está acopiado, y que es menos probable que se pueda transportar otra vez a la playa, sí que se podría utilizar en experiencias de revegetación. Los municipios podrían adaptar sus métodos tradicionales de limpieza de la playa a un nuevo paradigma de gestión de la Posidonia y así conseguir, si además hay investigación con especies autóctonas, que se puedan encontrar soluciones viables para regeneración y vertederos”.
La profesora Juana Jordà ha añadido que “nuestra conclusión evidente es que la Posidonia no debe utilizarse de forma indiscriminada, pero lo que sí que necesitamos es investigar posibles usos para que en el momento que surja un problema poder aplicar soluciones. Probablemente no tengamos todo el conocimiento, pero sí que hemos avanzado para poder actuar de una forma más rápida”.


Marcos Tur Witt, diseñador en permacultura, opinó que “la jornada nos ha dado una visión muy rica sobre la Posidonia. Desde mi punto de vista es muy importante insistir en que tenemos que volver la mirada hacia lo local: Los recursos están aquí y debemos hacer todo lo necesario para cubrir nuestras necesidades básicas con lo que tenemos y necesitamos mucha más investigación, necesitamos aprender y recuperar los conocimientos del pasado, pero también investigar nuevas técnicas de futuro”.
Balma Albalat, oceanógrafa de GEN-GOB, señaló que “ha sido muy interesante compartir las diferentes visiones de lo que se está haciendo composiciones. Desde nuestro punto de vista, pensamos que necesitamos una gestión muy valiente de la Posidonia por los escenarios climáticos a los que nos enfrentamos y especialmente teniendo en cuenta la vulnerabilidad de los sistemas insulares y, por tanto, necesitamos unas políticas de decrecimiento que vayan acompañadas de una conservación de la Posidonia que se basa en la prevención. Hemos de ir a máximos, no a mínimos de conservación, y tener unos datos robustos y rigurosos del estado de conservación de las praderas y a partir de ahí podremos hablar de lo que hacemos”.
También intervino en la jornada el arquitecto Salvador Roig, que ha puesto de manifiesto en sus conclusiones que “las algas secas se utilizaban en las cubiertas de una mayoría de las diferentes construcciones tradicionales de las Pitiusas. Formaban una de las diferentes capas que conforman la cubierta. La capa de algas tenía, en mi opinión, una doble función: la de actuar de aislante térmico y, al mismo tiempo, de elemento que permitía repartir los elementos apoyo y las cargas de la capa superior de arcillas”.


A esto ha añadido que “las algas tenían otros usos a las actividades tradicionales, agrícolas y ganaderas. Ni estos usos, ni digamos los constructivos, hacían que desaparecieran totalmente de las playas y algas. Si esto pasaba era debido a los temporales, que bien pronto las devolvían y esto hacía que el litoral arenoso se conservara. No es sostenible retirarlas de las playas. Pienso que tampoco lo será reutilizarlas para nuevos usos a la construcción, a la agricultura o a la ganadería, excepto, quizás, aquellos que comporten su uso en una escala muy reducida. La posidonia tiene que permanecer en su medio, protegida y conservadas de impactos antrópicos, y las algas secas tienen que permanecer en las playas, para preservarlas y regenerarlas”.

Por último, en la jornada participó además Jorge Moreno, técnico de Protección de Especies, en representación de la Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad del Govern de les Illes Balears, quien ha subrayado que “la implantación del decreto posidonia contempla su utilización como uso tradicional en construcciones para aislante. Esta faceta, además del valor cultural que tiene como recuperación de usos culturales, supone un valor añadido a nivel ambiental como reducción de materiales de construcción más contaminantes. Es necesario profundizar en la regulación de estas actividades para optimizar el balance entre su uso y los efectos que su retirada supone en la conservación de la especie y de los hábitats de los que forman parte. Es importante trabajar conjuntamente con los profesionales del sector para unificar criterios y encontrar soluciones. Esta jornada ha sido un excelente ejemplo y un avance en esta necesidad”.

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